jueves, 23 de agosto de 2007

La Salud de los trabajadores

Beatriz Horrac [1]
Martin Castilla [2]
Extraido de: Programa de Salud y Seguridad en el Trabajo desarrollado por Convenio entre el Ente Administrador Astillero Río Santiago y el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires

[1]Coordinadora de Programas de Capacitación de la Subsecretaría de Planificación de la Salud. Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. República Argentina.
[2] Director de Capacitación de Profesionales de la Salud. Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. República Argentina.

Dimensiones

La percepción del proceso salud-enfermedad, el reconocimiento y la valoración de un estado saludable, sus determinantes y condicionantes, sus amenazas a través de la identificación de conductas y condiciones de riesgo pueden ayudar a superar la visión de la enfermedad y facilitar la instalación de hábitos y actitudes preventivas.
“La salud se expresa correctamente cuando el hombre vive comprendiendo y luchando frente a los conflictos que la interacción con su mundo físico, mental y social le imponen, y cuando en esta lucha logra resolver tales conflictos, aunque para ello deba respetar la situación física, mental o social en la que vive o modificarla de acuerdo a sus necesidades y aspiraciones. De tal forma que la salud corresponde al estado de optimismo, vitalidad, que surge de la actuación del hombre frente a sus conflictos y a la solución de los mismos...” (Floreal Ferrara)[i]
Todas las personas humanas necesitan, además de expresar su salud en términos de actitud para la lucha, hacerlo en su capacidad para vivir plenamente lo lúdico, lo introspectivo, la reflexión de conjunto (Luis Weinstein)[ii]. Estar en condiciones y dispuesto a vivir plenamente.
Un buen estado de Salud es el que nos permite vivir plenamente. Nos permite asumir y enfrentar nuestros conflictos y disfrutar nuestros buenos momentos, compartiéndolos. No es solamente una buena condición física o la ausencia de enfermedad. Tal la definición de Ramón Carrillo: “La salud no es en sí misma y por sí misma el bienestar, pero sí es una condición ineludible del bienestar”.
Christophe Dejours[iii] manifiesta: “la referencia al trabajo permite captar ciertas articulaciones entre las diferentes dimensiones de la salud”, en primer lugar, manifiesta que: “la salud perfecta no existe”, de allí que introduce la noción de normalidad definida como “un estado real (y no ideal) en el que las enfermedades están estabilizadas y los sufrimientos se compensan. A diferencia de la salud, la normalidad no está exenta de sufrimiento, sólo que está compensado de manera aceptable por medio de múltiples estrategias defensivas: higiénicas, del comportamiento, médicas, psíquicas, sociales, individuales y colectivas”. En esta línea, afirma, por un lado, que las defensas “requieren un aprendizaje” y que pueden distinguirse en las que se pueden adquirir sin mediación y las que necesitan mediación. Estas últimas son, a su vez, sobredeterminantes y, por lo tanto, las defensas de la normalidad en salud son intersubjetivas.
Marx, en el Capital definió la fuerza de trabajo de la siguiente forma: “Entendemos por capacidad o fuerza de trabajo el conjunto de las condiciones físicas y espirituales que se dan en la corporeidad, en la personalidad viviente de un hombre y que éste pone en acción al producir valores de uso de cualquier clase”.[iv] Esta definición se ancla en el reconocimiento del cuerpo humano como fuerza de trabajo durante la revolución industrial. “No fue sino hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando se planteó el problema del cuerpo, de la salud y del nivel de la fuerza productiva de los individuos”[v].
La centralidad de nuestra intervención está puesta en el trabajador no sólo por resguardo de la fuerza de trabajo sino por la obligación de asegurar el derecho a la salud que no es solamente el derecho a ser atendido cuando se enferma sino a mantener su máximo estado de salud posible.
De igual forma, el tránsito de un modelo de producción artesanal a la fábrica, se modifican las condiciones de trabajo. Así lo definía Marx: “En la manufactura y en la industria manual, el obrero se sirve de la herramienta: en la fábrica, sirve a la máquina"[vi]. El trabajo en el ARS reúne formas y puestos artesanales y otros de alta automatización.
Podemos recordar aquí la definición de Davezies, sobre el trabajo: “lo que no está dado por la organización teórica del trabajo”. Esta es la contribución de cada trabajador para llevar a cabo su tarea.
En este contexto es importante recordar lo expresado por Julio Neffa sobre las condiciones y medio ambiente de trabajo: “Cuando las condiciones y el medio ambiente de trabajo por una parte, o el contenido y la organización del trabajo por otra, son deficientes, las actividades provocan incidentes y accidentes que están en el origen de problemas de salud no solo biológicos, sino también de orden síquicos y mentales que dan lugar al sufrimiento”[vii].
En los últimos años se ha generalizado en los organismos internacionales la necesidad de enfocar los planes de intervención al ámbito laboral. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) se ha expedido en este sentido considerando al “lugar de trabajo como un entorno prioritario para la promoción de la salud en el siglo XXI.” “La salud en el trabajo y los ambientes de trabajo saludables se cuentan entre los bienes más preciados de personas, comunidades y países. Un ambiente de trabajo saludable es esencial, no sólo para lograr la salud de los trabajadores, sino también para hacer un aporte positivo a la productividad, la motivación laboral, el espíritu de trabajo, la satisfacción en el trabajo y la calidad de vida general”.[viii]
La salud ocupacional fue definida por la primera sesión del Comité conjunto OIT-OMS sobre Salud Ocupacional en 1950. Es una actividad multidisciplinaria que debe, principalmente, promover y mantener los más altos niveles de bienestar físico, mental y social de los trabajadores de todas las ocupaciones, previniendo pérdidas de salud de los trabajadores causadas por condiciones inseguras o insalubres de trabajo, protegiendo en sus empleos de riesgos resultantes de factores adversos para la salud, ubicando a los trabajadores en ambientes adaptados a sus capacidades fisiológicas y psicológicas. Resumiendo: la adaptación del trabajo a la persona y cada persona a su trabajo.[ix]
La creación de comités mixtos de seguridad y salud en el trabajo, junto con la introducción de sistemas de gestión en materia de seguridad y salud en el trabajo y el desarrollo de una cultura de la seguridad entre los trabajadores, constituyen instrumentos prioritarios de promoción para el mejoramiento de la seguridad y salud en el lugar de trabajo. Todo ello como herramienta de participación de los trabajadores entendida como el proceso de construcción colectiva de las acciones de información, formación, consulta y cooperación, que permite el ejercicio de sus derechos en materia de salud y seguridad en el trabajo. [x] Todo proceso de participación implica aprendizaje y construcción de nuevos conocimientos.
La educación permanente para el cambio es la forma de sistematizar esos aprendizajes. Es una estrategia política de distribución de saber como herramienta de poder. “La estrecha relación y reforzamiento recíproco entre saber y poder hace que esta circulación, estas intervenciones que legitiman unos saberes y deslegitiman otros, nos hagan interpretar a la Educación Permanente en Salud como una actividad técnica pero simultáneamente política (recordando el concepto de Mario Testa: “política es toda propuesta de redistribución de poder”).”[xi]
La situación idónea en los programas de postgrado es la formación a tiempo completo y en forma continua, garantizándose así las condiciones optimas para el proceso de aprendizaje. Así, los estudiantes pueden finalizarlos en uno o dos años. Sin puede abarcar todas las áreas de higiene ocupacional o limitarse a algunas en concreto según las necesidades de trabajo. Sin embargo, la realidad en muchos países latinoamericanos hace difícil desarrollar programas de formación con estas características[xii].
[i] En torno al concepto de Salud, Revista de Salud Pública de La Plata enero-diciembre, 1975
[ii] Salud y Autogestión, 1978
[iii] Cómo formular una problemática de la salud en ergonomía y en medicina del trabajo. Organización del Trabajo y Salud. Lumen Humanitas, 1998
[iv] Kart Marx, El Capital. El Capital I.pdf
[v] Michel Foucault. La Vida de los Hombres Infames. Caronte Ensayos. Editorial Altamira
[vi] Idem 9
[vii] Julio Neffa, REFLEXIONES ACERCA DE LA NATURALEZA Y SIGNIFICACIÓN DEL TRABAJO HUMANO 6º Congreso Nacional de Estudios del Trabajo
[viii] ESTRATEGIA DE PROMOCION DE LA SALUD EN LOS LUGARES DE TRABAJO DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE Versión revisada, marzo 20 de 2000. OPS - OMS. División de Salud y Ambiente. Programa Regional de Salud de los Trabajadores. San José, Costa Rica, Marzo 15 a 17 de 2000
[ix] Guidelines on Quality Management in Multidisciplinary Occupational Health Services WHO European Centre for Environment and Health Bilthoven World Health Organization – 1999
[x] OIT 187 Participación de los trabajadores en material de Salud y Seguridad en el Trabajo en Argentina – Claudio San Juan- Oficina de la OIT en Argentina. Proyecto OIT Bue/ARG/Colext/61-2003
[xi] Mario Róvere, Gestión Estratégica en EDUCACION PERMANENTE DE PERSONAL DE SALUD Serie Desarrollo de Recursos Humanos Nº 100 – OPS 1994
[xii] La higiene ocupacional en América Latina: Una guía para su desarrollo [whohigiene.pdf]