En sus
propias palabras:
El cepo
cambiario.
El patrimonio
de la Presidenta.
El
tratamiento a la prensa.
La
re-elección.
Las
conferencias de prensa y la cadena nacional.
Las
estadísticas del INDEC.
Los viajes
al exterior.
Que haya
que tenerle miedo.
Es difícil creer
que estas banalidades puedan ser preocupación de los grupos de poder locales o internacionales.
Esta lista
de reclamos pretende ser el aglutinante de los disconformes.
¿Disconformes
con qué?
¿Qué
esperan de un gobierno alternativo a éste?
¿Solamente tener más conferencias de
prensa?
¿Más disponibilidad de dolares? (vale decir que esa preocupación
indicaría una capacidad de ahorro y, por tanto, un nivel de ingresos que lo
permite).
Esta es la
agenda de problemas que se ha impuesto a una parte importante de la sociedad.
Tan importante parece esta lista que ocupó casi en exclusividad las instancias
de preguntas de la exposición de la Presidenta en Harvard.
¿Podrán los sectores medios superar la barrera del odio y comprender la trama de los poderosos?
La agenda pública
de este gobierno es:
Crecimiento.
Desarrollo.
Inclusión.
Empleo.
Distribución
del ingreso.
Derechos
laborales.
Derechos
civiles.
Derechos
humanos.
Cada uno de
estos, a su vez, se abre en áreas específicas de gestión.
Sería muy bueno discutir en estos planos.