martes, 30 de octubre de 2012

¿Cómo es posible?



No es tan extraño que los medios y los sectores de poder pretendan instalar, para sustentar una intervención destituyente futura, la idea del totalitarismo, la intolerancia, el terrorismo, las persecuciones y toda la batería de descalificaciones posibles. Los argumentos son muy endebles. Siempre están en el plano de la sospecha. Nunca en hechos reales comprobables. El gobierno de la CABA, por otro lado, comete hechos aberrantes de discriminación, persecución, hostigamiento y pasan desapercibidos o, más grave aún, naturalizados (ni siquiera tolerados).
Lo inexplicable es la repercusión que tiene en los sectores medios tales acusaciones.
Una explicación se puede esbozar identificando quiénes son los destinatarios efectivos de las acciones o sospechas.
Para el PRO: Pobres, militantes, trabajadores públicos de servicios para pobres, etc.
Mientras que las “supuestas” víctimas del gobierno nacional son los más privilegiados, los que detentan un poder hoy en cuestión.
Para el mediopelo (Jauretche dixit) es razonable ir contra los más vulnerables pero inadmisible oponerse a los más poderosos.
Finalmente: Si este presente no los conforma, 
¿Cuál es el período que añoran? 
¿Se lo habrán preguntado? 
O sólo los mueve el odio visceral.